Concibo Infinito Rojo como un amplio espacio donde comunicar mi realidad, en la que lo sensorial es protagonista. En este espacio, cada elemento ocupa su lugar correspondiente: los textos, las pinturas, las fotografías. Todo envuelve, todo abriga, todo intenta atraer al espectador para despertar sus emociones y obligarlo a caminar con los ojos de la piel, porque solo así será capaz de construir su propio relato. Abordo la recreación de las imágenes desde lenguajes plásticos, que aunque diferentes en su génesis (pintura-fotografía), conducen al mismo objetivo: su capacidad de comunicar sensaciones.
Sentir la sensualidad de la piel de esa cala, que se abre provocativamente, o la de esa mujer cuya blancura nívea nos seduce, yaciendo en un lecho de amapolas, SENTIR al fin y al cabo.
A través de las pinturas desarrollo un acto más “físico”, más espontáneo que a través de las fotografías; cuando pinto necesito que el color fluya rebosando los contornos, romper los límites creación-creador, entrar en ella y que ella lo haga en mí. Parir lo que se ha gestado en mi interior, materializándose al llegar al soporte, naciendo como una nueva realidad, ahora compartida.
La fotografía es para mi un acto más “reflexivo”, en el que observo y selecciono aquello que me conmueve, me excita, me atrae, transformándolo en vehículo con el que comunicarme con el espectador, a través de mis propias sensaciones. Necesito que el tamaño de las fotografías sea a gran escala (lo que las iguala visualmente con las pinturas) y que su elaboración sea limpia, precisa, con contornos definidos, iluminadas adecuadamente y recortada la imagen sobre un fondo negro, una especie de abismo que ayude al espectador a centrar la atención en ese punto neurálgico donde ocurre todo.
El ROJO prevalece, directamente, ocupando amplias superficies o enmascarado en una veladura, pero siempre está presente, en todos sus matices: el rojo de la sangre, de la pulpa de las cerezas, de los labios, de las amapolas.. tal vez por eso Infinito ROJO.
Los textos acompañan a las imágenes, ellas a los textos, grafiados sobre papel de arroz, con trazos de pincel. El lenguaje escrito me permite la inmediatez, el camino más corto para dejar aflorar mis sentimientos. Germen de las imágenes, o reflexión a posteriori sobre las mismas, pero en cualquier caso, intrínsecamente ligado a ellas.
Acércate a escuchar 
